Escrito por Oscar Torrecilla Martes, 23 de Marzo de 2010 17:27
Ser un pequeño 'freak' o fanánico aficionado a la saga espacial de George Lucas le ha convertido a uno en un pequeño monstruito cuando se tocan temas relacionados con aquella historia que ocurrió hace tanto tiempo en una galaxia lejana, muy lejana.... Y cuando allá por octubre del año pasado me avisaron de que el famoso espectáculo 'Star Wars In Concert', que tanta envidia me había despertado a través de los vídeos 'robados' en las actuaciones de USA, se venía a Madrid, no dudé ni medio segundo en encargar a Rafa que cogiera dos buenas entradas.
Total, los 45€ mejor gastados de mi vida.
Sinceramente, creo que el pequeño stand / museo de la entrada sobraba, los verdaderos aficionados ya habíamos visitado el museo hace un año, y sacar de ahí a dos ewoks y a Yoda se me atojaba escaso y fuera un poco de lugar. Pero no pude sustraerme y allí pasé un buen rato pegando las narices a diestra y siniestra.
Porque lo mejor iba a venir en breve.
Tras las fanfarres iniciales de la 20th Century Fox, las luces de apagaban para mostrar una enorme pantalla con el ya famoso 'hace mucho tiempo, en una galaxia lejana, muy lejana...', unos segundos con la respiración entrecortada, y.... mejor lo ven ustedes en este vídeo que alguien grabó desde el patio (yo estaba en un lateral, muchísimo + cerca, tenía que haberlo grabado tb pero se me habría resbalado el móvil con la baba...)
Después, aparecía en escena Anthony Daniels (el único actor que aparece en las 6 películas, aunque 'disfrazado' de C3PO), que condujo la ceremonia con un afectado acento, como si estuviera contando un cuento a una multitud de niños, y es que creo que otra cosa no éramos las miles de personas que abarrotábamos el inmens palacio de deportes de la comunidad.
Daniels nos fue desgranando los hilos principales de la historia a través de la música de John Williams, centrándose en los personajes a través de los motivos que para ellos escribió el maestro (especialmente emocionantes el de Leia, Padmé o la marcha imperial, que fue el único bis de la noche, acompañado por las palmas del entregado público).
Yo ya había visto alguna orquesta, pero de 30 ó 40 músicos, así que cuando te plantas ante una filarmónica de más de un centenar, con un coro de no menos de 50 voces, no puedes menos que estremecerte al escuchar en todo su esplendor el 'duel of the fates' con su carga emocional.
Corta se hizo la primera parte (una hora), y tras el descanso de 20 minutos volvía la orquesta a la carga con temas de los episodios IV, V y V, con mucha carga emotiva sobre todo gracias a los excelentes montajes biográficos de los personajes. La Marcha imperial nos inundó los corazones de aquel sentimiento de miedo que sentimos la primera vez que la escuchamos cuando con 7 años se nos llenaba la vista con aquellas gigantescas naves en forma de flecha. Ahí quizás radica el éxito de estos temas, que no pierden fuerza.
El final, apoteósico. Daniels se despedía y ante la avalancha de aplausos se giraba y preguntaba 'otra?', todos gritábamos 'siiiii' y allá que se fue la orquesta a repetir, entre palmas, la marcha imperial.
Repetiremos...
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